jueves, 12 de mayo de 2016

Los famosos checklist

Vamos a ver, primero lo primero... ¿A qué me refiero con los famosos "checklist"? Pues a esa modalidad de publicación que se empezó a hacer más masiva y vistosa a partir del 2014 donde hacían listas para TODO, pero en especial esas como "Los 18 libros que tienes que leer antes de los 30", "Las 25 cosas por hacer antes de cumplir 25", "Los 19727629 lugares que conocer antes de morir" y creo que ya captaron la idea. 



Cada vez que me topaba con una lista de esas la curiosidad claramente me ganaba y entraba para revisar qué tan lejos estaba de cumplir con la meta de tachar cada ítem de la lista. Por lo general estaba bastante lejos. En especial cuando se trataba de conocer lugares, y eso que me he dedicado a conocer bastante. 

Uno de esos lugares paradisíacos que nos ponen en las listas que HAY QUE IR


Pensé entonces en el montón de gente que se podría tomar en serio esas listas, y que podrían llegar a frustrarse por pensar que "no han vivido lo suficiente" o bla bla bla... ¡Eso pasa! El internet puede ayudar a resolver y facilitar miles de cosas, pero también tiene su lado oscuro y puede llegar a hacer que las personas se ahueven o se presionen para alcanzar cierto nivel socialmente prestigioso o admirable. 

Mi punto es: la felicidad personal no depende de cumplir listas ajenas. Claro, podemos tomar como base de ideas cualquier cosa que nos encontremos en internet, pero usarlo precisamente como eso, una base para mis propias listas



Muchas veces las listas que uno se encuentra son un poco irreales, y para muchos inalcanzables a corto plazo, es por eso que pienso que sería mucho más efectivo y divertido hacer una lista personalizada. No sería nada como "las metas del año", sino una propuesta más a largo plazo y temático como: "Los 15 lugares que quiero conocer de mi país antes de cumplir 27" (considerando que tengo 25 tengo poco menos de 2 años para tachar todos esos lugares, por ejemplo).




Lo mismo podría hacerse con libros, buscar listas de libros recomendados por otras personas, ir tachando los que no nos llaman la atención, y montar una lista  personal que nos rete a leer un poco más. 

A veces hace falta ponerle nombre y fecha límite a los planes porque se nos puede pasar la vida y no hacemos nada. No es lo mismo decir: Quiero escalar, a decir: Quiero escalar el Chirripó antes de que termine la universidad. ¿Ven la diferencia? Nombre y fecha límite. 



Así que yo ya dejé de estresarme si cada vez que leo un checklist estoy lejos de completarlo, y más bien estoy configurando varios para empezar a tachar mis propios deseos, así no dejo que ni satisfacción y felicidad sea definida por alguien que vive una vida completamente diferente a la mía, sino, por mí misma, que conozco mis capacidades y preferencias. 

Pero que algo sí se mantenga inamovible, y es ese deseo de hacer cosas, moverse, conocer, hacer, crear, aprender. Si no, ¿para qué otra cosa estamos aquí?




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